viernes, 30 de diciembre de 2011

.

Trato de explicarte la congestión que se provoca en mi garganta cuando cantan tus miedos, cuando cada terminación de tu cuerpo me hace partícipe de lo que se cuece en tu sonrisa. Me derrito cual frigopié en pleno agosto, diluyendo las verdades en una calle repleta de piernas con prisa. Espero ansiosa a que me recojas con la lengua, gota a gota, antes de tocar suelo. No me gusta monopolizar tu actividad, pero es que si te descuidas un poquito voy a dejar de ser enteramente yo. No pretendo acapararte, pero llegados al punto en el que estamos me ahogo si tus cinco sentidos no piensan en mí. No, no te preocupes, yo tampoco pretendo irme muy lejos. Digamos que mi plan para mis próximas diez vidas es seguir respirando en tu cama.

lunes, 12 de diciembre de 2011

bibir, con b de burro.


Reinventarse. Reinventarse a solas, claro. No me gusta así; ni a mí así; de acuerdo, apuesta. ¿Póquer de ases? Bien jugado, pero te gano; repóquer. No acepto tus condiciones, ni tu ausencia, ni tampoco cada vez que estás. Reinventar dicen; dicen. Silencios de algodón que acaban impregnados de una calma que quema, que sabe amarga, que se antoja gris. Somos de opuestos, pero el filo se estrecha con el tiempo cada vez que lo afilas y lo siento pero ya no cabemos, lo siento; o caes o caigo... Pero como siempre acabaremos dando un giro al final de la historia; justo antes del último paso decidiremos que nos cuesta mucho separarnos. Entonces esconderemos las cartas, nos reinventaremos, otra vez, y me asfixiaré contra tu pecho; despacio y suave, pero me faltará el aire; y tú tropezarás y te saltará un pie al vacío y olvídate de mantener el equilibrio, tus manos estarán rodeando demasiado fuerte cada trozo de mi cuerpo... Y así, resignados y juntos caeremos; conscientes de que ya no quedará nada a partir de entonces, pero vencidos por una dependencia que me asoma del subconsciente cada vez que no entiendo porque me pincha el pie cada vez que te pienso.

sábado, 10 de diciembre de 2011

...

Ya sólo me acuerdo de escribir cuando no encuentro una manera menos molesta de reventar. Menos molesta para los demás, quiero decir. Estallaría en la cara de unas cuantas personas, y bien a gusto. Y estallaría en la mía, a ver si de esa manera era capaz de ver el flaco favor que me estoy haciendo a mí misma. Dejarte ir se me antoja absurdo; ¿pero cómo vas a marcharte? ¿Y yo qué? ¿Y mi aire? ¿Y cómo narices respiro si no me acompaso contigo?... Pero es que verte cada día a mi lado, bebiendo mentiras, tratando de desencajar miedos, de reinventar cuentos, de acolchar siempre la nube en la que me envuelves..., me acaba por dar pena. Lo siento, no me veo capaz de ponerme a tu altura, se me hace cuesta arriba tratar de hacer por ti una milésima parte de lo que haces por mí a ciegas... Que no te quiero dicen; ¿que NO te quiero? Pero ¿quién es capaz de hablar de amor? Ni siquiera yo, en aquellos momentos en lo que no me cabía ni una pizca más de felicidad cuando sonreías, hubiese sido capaz de describir el amor, y mucho menos de juzgar el que sentían los otros. ¿Pero como voy a poder no quererte? No te vayas... o al menos no todavía; no he sido capaz de encontrar la manera de desenvolverme sin ti, de reírme sin ti, de soñar sin ti, de ser sin ti. Confundir amor con adicción es mi desayuno de todos los días; no sé si me besas como el que saborea un pastel de chocolate o como el que cala con ansia el cigarrillo de después de. Que soy agradable a tu paladar es indiscutible y que no hay nada que me sepa como tú también, pero... Siempre hay peros, siempre. Nunca digas nunca, y nada es para siempre. Me he desentendido poco a poco de la nube, lo siento, sigo muriéndome porque me beses todos y cada uno de los días de mi vida, pero empiezo a sospechar que no me compensa esperar siempre a que decidas. Sé que si no soy capaz de hacerlo por ti no seré capaz de hacerlo por nadie; pero cuando llegue ese problema ya lo abordaré, o lo esquivaré, lo ignoraré o lo hundiré.... pero de momento no soy capaz de hacerlo por ti.

jueves, 13 de octubre de 2011

Agg

Me declaro en rebeldía; me he indignado con la vida. No estoy de acuerdo ni contigo, ni con él, ni con el que me mira desde el asiento del tren tratando de comprender por qué llevo las zapatillas manchadas a círculos. ¿A ti qué te importa? Echo de menos los momentos en los que disfrutaba de suave traqueteo del tren, en los que no me recorría una sensación de asfixia si se quedaba parado cinco minutos entre dos paradas.
He interiorizado el estrés hasta tal punto que lo siento si te ladro pero no me sale melodía de la boca. No me toques, no me hables, no me mires, no me busques... Sólo te voy a querer si me acaricias, me susurras, me observas y me encuentras.
Me atosigan las noticias, los periódicos, la mayoría de los tuits que nacen para dar malas noticias. No es que sea pesimista, es que intentar desentonar con la tónica general acaba haciéndose imposible.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ay

Lo que más le gustaba de ti era tu capacidad para hacer y decir cosas "de mayores" con un gesto tan ingenuo, con una mirada tan sumamente adorable.
¿He dicho lo que más? Pues te he mentido, cada vez que hablaba con ella era capaz de escoger una cosa diferente. Últimamente volvía a hablar de tus ojos, de lo suave de tus manos, del sabor de tus besos. Noté hace unos meses un ligero cambio en ella... Ya no eran las cosas extraordinarias las que le salían de la boca cuando se sentaba a vomitar maravillas de ti; ahora sus palabras sonaban mucho más dulces, más inocentes, más cuidadosas. Tenía miedo de romperte y empezó a convertir en importante todas esas cosas que había dejado pasar durante años.
Soplaba de tus sonrisas, me obligó a aprenderme las arrugas de tu frente al enfurruñarte, me fotografió las tonalidades de tu mirada y me contó lo dulce de tus palabras justo antes de irme a dormir.
Creo que se estaba enamorando otra vez de ti y yo andaba asustada, con miedo a que un día viniese con el corazón hecho trizas. Tenía miedo hasta que os vi; tu sentado y ella sencilla y feliz sobre tus piernas. Te hablaba sin parar, gesticulando a su manera, metiéndote de lleno en lo que te estaba contando, fuese lo que fuese. Y tú no la mirabas, ni la comías, ni la aburrías, ni la escuchabas... Sencillamente la adorabas.

miércoles, 10 de agosto de 2011

.


Inmortalizar. Qué estúpida manía la de alargar todo; no hablo de infinitos, me suenan demasiado imposibles. Me refiero a los extremos. Nada dura para siempre, pero juguemos a ello. Qué divertido se antoja desafiar al destino, colocarnos ambos en las posturas más opuestas y tentarnos de frente.
La infinidad es complicada, pero acostumbro a ensanchar la memoria. Inmortalizo.

viernes, 1 de julio de 2011

.

Si jugamos hasta las últimas consecuencias te advierto que a la larga yo nunca pierdo.

viernes, 10 de junio de 2011

.

Se sientan juntos en el sofá, ataviados con una fuente de macarrones con queso, carne y cebolla; dispuestos a rebañar el vidrio con la barra de pan que han comprado cuatro horas antes. No se miran a penas, pero ambos saben que si mueven un poco sus piernas se rozarán débilmente. Muñecos amarillos acaparan la televisión.
-Oye que te gano.
-Mejor me lo cuentas luego.
Suena sencillo, divertido, ingenioso, picante... Y se le antoja dulce, melancólico.

Los macarrones dejan lugar al hartazgo; la sangre se les acumula en el estómago y les invade una modorra de nubes. Se acomodan en el sofá y poco a poco recuerdan. Se acercan y terminan compartiendo centímetros; no diré como antes, mejor diré como a partir de ahora.
Reinventar siempre ha sido un verbo complicado; pero hay ojos en los que suena mejor.
Se besan, se ríen, se recorren hasta el hastío y se abandonan a la magia que les tiene en pie.
Se divierten compañeros, cómplices, enamorados del instante que comparten; sabiendo que les une un pasado de lobos; conscientes de que el futuro se escribirá lejos de sus intenciones.
Pero se besan, de nuevo. Desafían al tiempo, se creen capaces de detenerlo esta tarde y van a dedicarse plenamente a ello. El mundo les queda lejos; muy lejos.

domingo, 5 de junio de 2011

Eres lo que más he querido en la vida.

Lunes, cinco de diciembre de dos mil cinco.
Creo que sólo me queda darte las gracias. Gracias por haberme echo crecer tanto. Gracias por las sonrisas y gracias por todas las lágrimas. Gracias por las veces que has estado y por las que me he sentido sola incluso estando a tu lado. Gracias por lo enorme que he sido contigo, por lo grande que me he sentido caminando de tu mano. Gracias por hacerme sentir tan única, tan especial, tan importante, tan viva.
Gracias por lo que has dicho y lo que has callado, por saber siempre cuando estar y de que modo hacerlo. Gracias por enseñarme tanto, por llevarme a tantos sitios, por contar siempre conmigo.
Gracias por lo fuerte que me he hecho cuando has desaparecido de repente; gracias por lo gigante que me has hecho el corazón; gracias por enseñarme a querer a alguien casi tanto como a uno mismo, gracias por darme motivos para ser feliz.
Gracias por hacerme persona, por quitarme egoísmo a mares; gracias por pensarme y dejar que te sueñe.
Gracias por el tiempo, por los años, por los cincos. Gracias por tanto...

Me alegro de haberte conocido, de que nuestras vidas se cruzasen. Me alegro de haber contado contigo, de que nuestros besos sean incontables, de que se me amontonen en la memoria las noches que he pasado a tu lado. Me gusta tu recuerdo, me gusta tu presencia, me gusta saber que pase lo que pase nadie va a arrebatarnos estos cinco años y medio.

Eres grande, enorme. Eres la razón por la que he hecho hasta lo imposible; el motivo por el que me he deshecho del miedo muchas veces; el por qué de casi todo...

No puedo decirte qué has significado para mi, porque la inmensidad no se explica con palabras. Te veo al cerrar los ojos, me invade el miedo pensando que puedes estar ahí cuando los abra, y especialmente me quema por dentro la idea de no verte al hacerlo.
Han sido meses de idas y venidas, y es triste llegar a una fecha tan especial y que todo sea tan extraño, tan incierto, tan raro... Pero eso es la vida, eso es nuestra vida; saber que sea como sea siempre te recordaré sonriendo, saber que pase lo que pase no cambiaría por nada nuestro tiempo... Saber que lo que nos hemos querido no se escribe, ni se mide, ni se explica, ni se entiende... Que lo que te he amado se siente; y que lo sientes. Que no me punzan los silencios, me duele lo feliz que me has hecho, la idea de que desistir no se contemplaba hace meses.

Y tal vez es el momento de decirlo: ¡Gracias!
Te quiero.

viernes, 3 de junio de 2011

Tablas.

Me punzaban las despedidas, cada vez que parabas el Opel en la puerta de mi casa... Me abrumaban los recuerdos de la noche anterior, tus sonrisas en mis labios, tus quejas a media noche cuando me alejaba un poco de tu abrazo.
Me dolían tus silencios, lo complicado que se hacía desear lo inesperado. Me hacían daño las esperas. Odiaba el tira y afloja que nos consumía.
No había un término medio, ni a golpes lo encontraba... O me ganabas tú o te hacía perder; empezaba a parecer imposible el empate a masajes, carcajadas y besos que nos había acompañado durante años.

jueves, 2 de junio de 2011

.

Ojalá nos hubiésemos conocido más tarde; más tarde para no quemar con niñeces lo que sentíamos, más tarde para deshacernos de vez en cuando de la ingenuidad que rondó nuestros primeros años... Más tarde para que las cosas hubiesen sido más fáciles, más tarde para no tener que escuchar nunca "sois muy pequeños."
Ojalá nuestras vidas se hubiesen cruzado ahora, ahora que todo es más sencillo, ahora que ya no necesitamos andar media hora para vernos, ahora que nadie habla de nosotros, ahora que ya no tenemos trece años.
Ojalá... Ojalá no hubiésemos tenido que reinventar poco a poco lo nuestro para que creciese con nosotros, ojalá no hubiésemos soltado las mil lágrimas cuando se nos quedaba atrás; ojalá.

Ojalá; porque entonces ya no estaríamos hartos, porque todo nos vendría de nuevo, porque no tendría esa estúpida sensación de vez en cuando de haber estado tantos años perdiendo el tiempo. Más maduros, más personas..., y entonces lo que antes parecía enorme hubiese sido una tontería.

No arrastraríamos millones de recuerdos, no nos pesarían los años, porque pesan; no viviríamos atados a recuerdos punzantes ni tampoco a momentos maravillosos. Lo sé, deseo dejar atrás tantas cosas bonitas...
El cariño de tus ojos, el crecer a tu lado, lo que no decías por miedo y lo que yo siempre me atreví a decir; y ahora hemos cambiado las tornas, tantos años más tarde...

Ojalá nos pillase de nuevo; sé que caeríamos aún sin conocernos. Sé que me haría enseguida al hueco de tus hombros, que acoplaríamos en un abrir y cerrar de ojos nuestros abrazos, que inventaríamos en un momento las mil maneras que tenemos para decir "te quiero".
Y me duele tanto, pero tanto... Me encantaría volver a conocerte, empezar de cero, presentarme con una sonrisa y no esperar que tus ojos me sonriesen seguros. Me encantaría un primer beso, cargarme hasta los topes de ilusión; desbordar sonrisas. Me encantaría que el futuro que prometes no sonase tan lejano, tan imposible, tan niño.

Qué imposible es cerrar etapas, qué punzante es decir adiós sabiendo que jamás te despegarás de ese silencio. Qué duro es volver, y volver, y volver; y que todo suene triste.
No quiero irme de ti, pero dudo tanto que pueda quedarme a tu lado...

domingo, 29 de mayo de 2011

Se peleaba con sus sueños cada mañana al despertar. Le hacía abrir los ojos a codazos y tenía que hacer un gran esfuerzo para borrar la dulzura
que ansiaba salir de sus labios al desearle buenos días. Todos sus "te quiero" daban de bruces contra el caparazón que la rodeaba; lo resquebrajaban un poquito y le hacían débil por momentos. Él no lo sabía, pero ella estaba convencida de que un "te quiero" más y acabaría perdida.
Empezaba a acostumbrarse a lo que nunca pensó que haría; se comían a besos sin mediar palabra. Había guardado el cariño en una cajita y se había asegurado de cerrarla a calicanto. Y daba igual los esfuerzos que él invirtiese en encontrar la llave; daban igual los mimos, las caricias, los besitos en los ojos...
Estaba empapada de miedo, muy atenta a que nunca supiese lo que sentía; ¿una oportunidad para hacerle daño? No gracias, -mejor piensa que te ignoro.
Ingenuidad; todos sabemos quien habla de verdad. Le daban igual los silencios, el amor se le escapaba por los ojos, se mezclaba en su saliva y se reinventaba en un suspiro.
Él le sonreía tranquilo cada vez que ella se escondía a cada "te necesito".


lunes, 23 de mayo de 2011

El temps m’ha fet acostumar-me a pensar de manera diferent, a no creure res del que hem diuen si abans no reflexione sèriament sobre el tema… De vegades no he comprés a les persones, m’han xocat sistemàticament moltes postures, moltes opinions... Però he posat a funcionar l’empatia i he tractat de trobar per quin motiu discrepava.

No se si serà la sort de família en la que he nascut, el ambient en el que ens hem criat, el que ens han dit i en ens han ensenyat... Tot i això no hem considere una creació de ningú, crec que he crescut a partir d’unes bases d’esquerra, que he evolucionat cap a la meua banda i que he sigut, i sóc, crítica. Que mai he jutjat sense saber de què parlava, que els dogmes no van en mi i que crec

que no cal encasellar-se en una banda o un altra per a tot i fins a les últimes conseqüències.

Hem dol la blavor de la ahir es tenyí Espanya, i hem fa por pensar el panorama que quedarà dins d’11 mesos... Però soc conscient de que cal buscar un culpable pròxim d’allò que ve manat de fora, que les coses no s’han fet tot lo bé que es podien fer i que els populars son molt populistes. Aniré fent-me a la idea, quan abans millor...

Però el que ha passat ací no hem dol, senzillament m’indigna, hem dóna ràbia, oix. Es castiga la mala gestió d’alguns i es tolera la corrupció d’uns altres. Les televisions i les ràdios (a excepció de qualsevol mitjà de comunicació pagat per tots el valencians i totes les valencianes, clar) anuncien la revalidació de la majoria absoluta de Camps i similars amb una mescla de “objectivitat” i sorpresa, és un punt i a banda en les notícies, és una postdata, és una cosa a destacar. Tal vegada la ignorància dels valencians sols era coneguda pels que la sofrim en pròpia carn, pot ser des de fora confiaven més en nosaltres que nosaltres mateixa. I si, també m’indigna eixe “nosaltres”, hem fa vergonya viure al país on la corrupció es premia, on els judicis s’ajornen, on es riuen del ciutadans i aquestos poc més que aplaudixen. Hem fa vergonya la meitat del hemicicle valencià (de l’altra hem sent orgullosa) i comence a avorrir aquesta situació tan insultant.

O despertem a les bones o acabarem despertant a crits.

martes, 17 de mayo de 2011

,


A mí me gustaba la soledad, ser dueña del lugar por donde me pegaba el viento; depender lo justo, no llegar nunca a hartar. Mirar de reojo las cosas, sonreír entre dientes, contar secretos a pares y reírme después de aquél que se creía importante por conocerlos.
Me gustaba mi nube pese a lo frágil que era a veces, le tenía cariño aun sabiendo que resistiría muy mal cualquier embiste del tiempo.
Y por ahí me paseaba yo, no a tres, sino a cuatro metros sobre el cielo; llevaba años cansada de lo que se cocía a ras de suelo, de la asfixia de la ciudad, de la hipocresía que se deslizaba al ritmo frenético del transporte público.
Desconectaba en un abrir y cerrar de ojos.

Y así, poco a poco, me alejé del mundo. Desintonicé la frecuencia de mi vida y anduve ausente muchos meses. Dejé escapar silencios, obvié alguna que otra mirada que tal vez de haber conservado otro gallo cantaría. Pasito a paso, que a mi nunca me ha gustado correr. Y hoy me busco, harta de lo que no dije, asqueada por lo que hablé, arrepentida.

lunes, 16 de mayo de 2011

.

Te echo un pulso. Te reto. Te desafío.
Corre tan lejos como alcancen tus piernas y cuando llegues exhausto a la última piedra da media vuelta poco a poco. Mírame desde allí y dime qué observas.
Yo veo un silencio entrecortado, una respiración que se queja cansada, un cuerpo que tarde o temprano te devolverá esta carrera.
Mis ojos a penas son capaces de explicar la posición de tus manos, de contar la postura de tus pies, el mecer de tu pecho. Pero podrían enamorarte si dedicasen un segundo a narrar qué sale den tus pupilas. Un amor que observa desde la distancia, que huyó despavorido, que aceptó un desafío. Un amor que se debate entre un disparado ego y la dulzura de tus gestos en mi pelo. Un amor que me llama a gritos; un amor fuerte, de los que acaban pudiendo con todo.
Y tú me miras asustado, indeciso, temeroso. Investigas mis sonrisas, mis miradas, mis dos o tres palabras. Y yo que sigo distante, a ver qué te has pensado, no pienso abrir los brazos cuando regreses.
Y tú, que vuelves poco a poco. Y yo, que mantengo el abrazo muy pegado a mi regazo; y tú, que me acaricias lentamente, que me regalas tanto... Y yo, que me deshago poco a poco, que me derrito cuando hablas. Y tú, que me miras desde aquí; y tú, que ahora me retas. Y yo, que siento cómo se despide mi orgullo, cómo me atrapa tu razón. Y tú, que silencias el miedo, que me comes con los ojos, que pides perdón a besos.
Y yo, que me abandono.

Y yo... que sé quién ha ganado el pulso. Ay Amor.

sábado, 14 de mayo de 2011

.

¿A quién tratas de engañar? Metimos la pata hasta el fondo; de esas veces que andas por la montaña, pisas la piedra equivocada y tienes el calcetín mojado hasta que llegas a casa... Y nosotros sin casa, sin ningún lugar para descansar más allá de tus brazos. Expirando dependencia por cada rincón. Precisando un suspiro, el poco contacto que deja tu ausencia; rozarme un instante y caer rendido. ¿Dónde crees que vas? El amor da treguas, te reta, "escápate de una vez", si puedes, claro. Y no puedes, sino no te daría la oportunidad.
A mi también me pesan los viernes, también me duelen los lunes, también me odian los jueves. Te comprendo tanto... Después de tanto...
¿Qué has hecho con tu vida? -Te he querido hasta dolerme. Y sé que es triste que no podamos marcharnos, sé que agota por las noches, sé que te reduce hasta un punto que hace daño... ¿Pero qué quieres? ¿Irte?

lunes, 14 de marzo de 2011

B

Sólo hay una cosa que me guste más que tu beso de "buenas noches"; tu beso de "buenos días."

jueves, 10 de marzo de 2011

...

Perseguían sueños, como el que se nos había perdido a nosotros. Los escuché en el ascensor, se hablaban sin decir palabra; las promesas flotaban en el ambiente, las pude sentir y me pincharon la razón. Me acordé de ti, por primera vez en muchas semanas volviste a mis pensamientos y quise salir corriendo de allí. Bajé en el tercero y supe que ansiaban que abandonase aquel retículo enano porque se comieron a besos nada más empezó a cerrarse la puerta.
Entré en casa, dejé las llaves en el vacía bolsillos y me senté en el sofá. Recorrí el salón y de repente, como si llevasen meses esperando que les prestase atención, salieron disparados miles de recuerdos dispuestos a perforar el caparazón de mi memoria y a anidar por unos minutos en mi cabeza. Rompí a llorar, lento pero sin parar; de esos llantos que apenan a las piedras, de esos llantos que duelen hasta resquebrajar.
Volví a ver sus jóvenes rostros, brillantes de ilusión, sencillos. Sonreían a ojos del mundo; me recordaban a ti. Traté de aferrarme a tu dulce mirada, a todas las palabras bonitas que me habían regalado los oídos durante tantos años... Tus silencios me invadieron de la cabeza a los pies y me recogió la paz de tus brazos unos segundos. Supe que no acababa de estar sola. Vi tus ojos y los abracé en silencio.
No te volví a verte más desde aquella mañana de octubre. Y sé que si aquel fatídico tren no hubiese tenido celos de nuestro amor hoy nosotros, igual que ellos, estaríamos suspirando al compás de un cariño desbocado.

martes, 8 de marzo de 2011

.


Si la estuviese mirando desde fuera diría que no es feliz, que le faltan motivos por los que sonreír y por eso siempre camina con un rostro inexpresivo; diría que va de vuelta, que cree haber pasado, sufrido y superado absolutamente todo lo que los demás viven con ilusión. Diría que sus pasos son lentos y ahogados, que su mirada anda perdida y que ni me advertiría si gritase en su oído.

Pero la miro de dentro, la conozco y la comprendo. Y es seria, pero es feliz. Es serena y calmada, vive en el punto medio, evitando de continuo los extremos, huyendo de las mentiras. Es sincera, antes que con los demás, con ella misma. No le engañes, estoy segura de que no te descubrirá, pero tampoco volverá a creer en ti. Lo observa todo y lo asimila, lo interioriza y aprende de ello. Se empapa de los demás, descarga la energía cuando alguien dice que no. Escucha y habla, sin parar. No anda perdida, ni ella ni su mirada; llevan un rumbo, y si te sentases a observarla sé que lo descubrirías.

domingo, 30 de enero de 2011

:)

Y la de días que había para que pasases por esa esquina, y tuvo que ser ese; y la de personas que cada día ahogaban su tiempo en aquellos pasillos, y tuviste que hablarme a mí. Y, si me apuras, la de vidas que podríamos haber vivido y nos tocaron dos que se cruzaban.

martes, 25 de enero de 2011

...

Me costaba tanto concebir mi vida sin ti como una ducha sin jabón en los ojos, como una hoja en blanco cerca de una niña con pinturas en la mano, como unos altavoces callados y un mudo gritando. Como si alguien me obligase a no pensar en mi hermana con una sonrisa en los labios;como si tuviese que esforzarme, hasta romper a llorar, para conseguir no mojarme un día de lluvia.

domingo, 16 de enero de 2011

clouds

Me he pasado décadas aquí tumbada, acompañando a las nubes en su corto trayecto por el mundo, conversando con ellas de tonterías, haciéndolas partícipe de mis más grandes secretos.
Discuto con la dirección que toman; yo hubiese ido hacía el norte, siempre hacía el norte. Pero a ver quién las cuestiona... son imparables.
Me dan mil vueltas; para mí son especiales y yo soy tan tonta y pequeña en su pomposa existencia... Me miran y sonríen, y lloran y se burlan. Y se convierten en árboles, y en elefantes, y en su cara por las mañanas. Me esquivan; no paran quietas. Y acaban desapareciendo.