Si la estuviese mirando desde fuera diría que no es feliz, que le faltan motivos por los que sonreír y por eso siempre camina con un rostro inexpresivo; diría que va de vuelta, que cree haber pasado, sufrido y superado absolutamente todo lo que los demás viven con ilusión. Diría que sus pasos son lentos y ahogados, que su mirada anda perdida y que ni me advertiría si gritase en su oído.
Pero la miro de dentro, la conozco y la comprendo. Y es seria, pero es feliz. Es serena y calmada, vive en el punto medio, evitando de continuo los extremos, huyendo de las mentiras. Es sincera, antes que con los demás, con ella misma. No le engañes, estoy segura de que no te descubrirá, pero tampoco volverá a creer en ti. Lo observa todo y lo asimila, lo interioriza y aprende de ello. Se empapa de los demás, descarga la energía cuando alguien dice que no. Escucha y habla, sin parar. No anda perdida, ni ella ni su mirada; llevan un rumbo, y si te sentases a observarla sé que lo descubrirías.
és perfecte :)
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