Discuto con la dirección que toman; yo hubiese ido hacía el norte, siempre hacía el norte. Pero a ver quién las cuestiona... son imparables.
Me dan mil vueltas; para mí son especiales y yo soy tan tonta y pequeña en su pomposa existencia... Me miran y sonríen, y lloran y se burlan. Y se convierten en árboles, y en elefantes, y en su cara por las mañanas. Me esquivan; no paran quietas. Y acaban desapareciendo.
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