jueves, 2 de junio de 2011

.

Ojalá nos hubiésemos conocido más tarde; más tarde para no quemar con niñeces lo que sentíamos, más tarde para deshacernos de vez en cuando de la ingenuidad que rondó nuestros primeros años... Más tarde para que las cosas hubiesen sido más fáciles, más tarde para no tener que escuchar nunca "sois muy pequeños."
Ojalá nuestras vidas se hubiesen cruzado ahora, ahora que todo es más sencillo, ahora que ya no necesitamos andar media hora para vernos, ahora que nadie habla de nosotros, ahora que ya no tenemos trece años.
Ojalá... Ojalá no hubiésemos tenido que reinventar poco a poco lo nuestro para que creciese con nosotros, ojalá no hubiésemos soltado las mil lágrimas cuando se nos quedaba atrás; ojalá.

Ojalá; porque entonces ya no estaríamos hartos, porque todo nos vendría de nuevo, porque no tendría esa estúpida sensación de vez en cuando de haber estado tantos años perdiendo el tiempo. Más maduros, más personas..., y entonces lo que antes parecía enorme hubiese sido una tontería.

No arrastraríamos millones de recuerdos, no nos pesarían los años, porque pesan; no viviríamos atados a recuerdos punzantes ni tampoco a momentos maravillosos. Lo sé, deseo dejar atrás tantas cosas bonitas...
El cariño de tus ojos, el crecer a tu lado, lo que no decías por miedo y lo que yo siempre me atreví a decir; y ahora hemos cambiado las tornas, tantos años más tarde...

Ojalá nos pillase de nuevo; sé que caeríamos aún sin conocernos. Sé que me haría enseguida al hueco de tus hombros, que acoplaríamos en un abrir y cerrar de ojos nuestros abrazos, que inventaríamos en un momento las mil maneras que tenemos para decir "te quiero".
Y me duele tanto, pero tanto... Me encantaría volver a conocerte, empezar de cero, presentarme con una sonrisa y no esperar que tus ojos me sonriesen seguros. Me encantaría un primer beso, cargarme hasta los topes de ilusión; desbordar sonrisas. Me encantaría que el futuro que prometes no sonase tan lejano, tan imposible, tan niño.

Qué imposible es cerrar etapas, qué punzante es decir adiós sabiendo que jamás te despegarás de ese silencio. Qué duro es volver, y volver, y volver; y que todo suene triste.
No quiero irme de ti, pero dudo tanto que pueda quedarme a tu lado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario