domingo, 5 de junio de 2011

Eres lo que más he querido en la vida.

Lunes, cinco de diciembre de dos mil cinco.
Creo que sólo me queda darte las gracias. Gracias por haberme echo crecer tanto. Gracias por las sonrisas y gracias por todas las lágrimas. Gracias por las veces que has estado y por las que me he sentido sola incluso estando a tu lado. Gracias por lo enorme que he sido contigo, por lo grande que me he sentido caminando de tu mano. Gracias por hacerme sentir tan única, tan especial, tan importante, tan viva.
Gracias por lo que has dicho y lo que has callado, por saber siempre cuando estar y de que modo hacerlo. Gracias por enseñarme tanto, por llevarme a tantos sitios, por contar siempre conmigo.
Gracias por lo fuerte que me he hecho cuando has desaparecido de repente; gracias por lo gigante que me has hecho el corazón; gracias por enseñarme a querer a alguien casi tanto como a uno mismo, gracias por darme motivos para ser feliz.
Gracias por hacerme persona, por quitarme egoísmo a mares; gracias por pensarme y dejar que te sueñe.
Gracias por el tiempo, por los años, por los cincos. Gracias por tanto...

Me alegro de haberte conocido, de que nuestras vidas se cruzasen. Me alegro de haber contado contigo, de que nuestros besos sean incontables, de que se me amontonen en la memoria las noches que he pasado a tu lado. Me gusta tu recuerdo, me gusta tu presencia, me gusta saber que pase lo que pase nadie va a arrebatarnos estos cinco años y medio.

Eres grande, enorme. Eres la razón por la que he hecho hasta lo imposible; el motivo por el que me he deshecho del miedo muchas veces; el por qué de casi todo...

No puedo decirte qué has significado para mi, porque la inmensidad no se explica con palabras. Te veo al cerrar los ojos, me invade el miedo pensando que puedes estar ahí cuando los abra, y especialmente me quema por dentro la idea de no verte al hacerlo.
Han sido meses de idas y venidas, y es triste llegar a una fecha tan especial y que todo sea tan extraño, tan incierto, tan raro... Pero eso es la vida, eso es nuestra vida; saber que sea como sea siempre te recordaré sonriendo, saber que pase lo que pase no cambiaría por nada nuestro tiempo... Saber que lo que nos hemos querido no se escribe, ni se mide, ni se explica, ni se entiende... Que lo que te he amado se siente; y que lo sientes. Que no me punzan los silencios, me duele lo feliz que me has hecho, la idea de que desistir no se contemplaba hace meses.

Y tal vez es el momento de decirlo: ¡Gracias!
Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario