domingo, 29 de mayo de 2011

Se peleaba con sus sueños cada mañana al despertar. Le hacía abrir los ojos a codazos y tenía que hacer un gran esfuerzo para borrar la dulzura
que ansiaba salir de sus labios al desearle buenos días. Todos sus "te quiero" daban de bruces contra el caparazón que la rodeaba; lo resquebrajaban un poquito y le hacían débil por momentos. Él no lo sabía, pero ella estaba convencida de que un "te quiero" más y acabaría perdida.
Empezaba a acostumbrarse a lo que nunca pensó que haría; se comían a besos sin mediar palabra. Había guardado el cariño en una cajita y se había asegurado de cerrarla a calicanto. Y daba igual los esfuerzos que él invirtiese en encontrar la llave; daban igual los mimos, las caricias, los besitos en los ojos...
Estaba empapada de miedo, muy atenta a que nunca supiese lo que sentía; ¿una oportunidad para hacerle daño? No gracias, -mejor piensa que te ignoro.
Ingenuidad; todos sabemos quien habla de verdad. Le daban igual los silencios, el amor se le escapaba por los ojos, se mezclaba en su saliva y se reinventaba en un suspiro.
Él le sonreía tranquilo cada vez que ella se escondía a cada "te necesito".


lunes, 23 de mayo de 2011

El temps m’ha fet acostumar-me a pensar de manera diferent, a no creure res del que hem diuen si abans no reflexione sèriament sobre el tema… De vegades no he comprés a les persones, m’han xocat sistemàticament moltes postures, moltes opinions... Però he posat a funcionar l’empatia i he tractat de trobar per quin motiu discrepava.

No se si serà la sort de família en la que he nascut, el ambient en el que ens hem criat, el que ens han dit i en ens han ensenyat... Tot i això no hem considere una creació de ningú, crec que he crescut a partir d’unes bases d’esquerra, que he evolucionat cap a la meua banda i que he sigut, i sóc, crítica. Que mai he jutjat sense saber de què parlava, que els dogmes no van en mi i que crec

que no cal encasellar-se en una banda o un altra per a tot i fins a les últimes conseqüències.

Hem dol la blavor de la ahir es tenyí Espanya, i hem fa por pensar el panorama que quedarà dins d’11 mesos... Però soc conscient de que cal buscar un culpable pròxim d’allò que ve manat de fora, que les coses no s’han fet tot lo bé que es podien fer i que els populars son molt populistes. Aniré fent-me a la idea, quan abans millor...

Però el que ha passat ací no hem dol, senzillament m’indigna, hem dóna ràbia, oix. Es castiga la mala gestió d’alguns i es tolera la corrupció d’uns altres. Les televisions i les ràdios (a excepció de qualsevol mitjà de comunicació pagat per tots el valencians i totes les valencianes, clar) anuncien la revalidació de la majoria absoluta de Camps i similars amb una mescla de “objectivitat” i sorpresa, és un punt i a banda en les notícies, és una postdata, és una cosa a destacar. Tal vegada la ignorància dels valencians sols era coneguda pels que la sofrim en pròpia carn, pot ser des de fora confiaven més en nosaltres que nosaltres mateixa. I si, també m’indigna eixe “nosaltres”, hem fa vergonya viure al país on la corrupció es premia, on els judicis s’ajornen, on es riuen del ciutadans i aquestos poc més que aplaudixen. Hem fa vergonya la meitat del hemicicle valencià (de l’altra hem sent orgullosa) i comence a avorrir aquesta situació tan insultant.

O despertem a les bones o acabarem despertant a crits.

martes, 17 de mayo de 2011

,


A mí me gustaba la soledad, ser dueña del lugar por donde me pegaba el viento; depender lo justo, no llegar nunca a hartar. Mirar de reojo las cosas, sonreír entre dientes, contar secretos a pares y reírme después de aquél que se creía importante por conocerlos.
Me gustaba mi nube pese a lo frágil que era a veces, le tenía cariño aun sabiendo que resistiría muy mal cualquier embiste del tiempo.
Y por ahí me paseaba yo, no a tres, sino a cuatro metros sobre el cielo; llevaba años cansada de lo que se cocía a ras de suelo, de la asfixia de la ciudad, de la hipocresía que se deslizaba al ritmo frenético del transporte público.
Desconectaba en un abrir y cerrar de ojos.

Y así, poco a poco, me alejé del mundo. Desintonicé la frecuencia de mi vida y anduve ausente muchos meses. Dejé escapar silencios, obvié alguna que otra mirada que tal vez de haber conservado otro gallo cantaría. Pasito a paso, que a mi nunca me ha gustado correr. Y hoy me busco, harta de lo que no dije, asqueada por lo que hablé, arrepentida.

lunes, 16 de mayo de 2011

.

Te echo un pulso. Te reto. Te desafío.
Corre tan lejos como alcancen tus piernas y cuando llegues exhausto a la última piedra da media vuelta poco a poco. Mírame desde allí y dime qué observas.
Yo veo un silencio entrecortado, una respiración que se queja cansada, un cuerpo que tarde o temprano te devolverá esta carrera.
Mis ojos a penas son capaces de explicar la posición de tus manos, de contar la postura de tus pies, el mecer de tu pecho. Pero podrían enamorarte si dedicasen un segundo a narrar qué sale den tus pupilas. Un amor que observa desde la distancia, que huyó despavorido, que aceptó un desafío. Un amor que se debate entre un disparado ego y la dulzura de tus gestos en mi pelo. Un amor que me llama a gritos; un amor fuerte, de los que acaban pudiendo con todo.
Y tú me miras asustado, indeciso, temeroso. Investigas mis sonrisas, mis miradas, mis dos o tres palabras. Y yo que sigo distante, a ver qué te has pensado, no pienso abrir los brazos cuando regreses.
Y tú, que vuelves poco a poco. Y yo, que mantengo el abrazo muy pegado a mi regazo; y tú, que me acaricias lentamente, que me regalas tanto... Y yo, que me deshago poco a poco, que me derrito cuando hablas. Y tú, que me miras desde aquí; y tú, que ahora me retas. Y yo, que siento cómo se despide mi orgullo, cómo me atrapa tu razón. Y tú, que silencias el miedo, que me comes con los ojos, que pides perdón a besos.
Y yo, que me abandono.

Y yo... que sé quién ha ganado el pulso. Ay Amor.

sábado, 14 de mayo de 2011

.

¿A quién tratas de engañar? Metimos la pata hasta el fondo; de esas veces que andas por la montaña, pisas la piedra equivocada y tienes el calcetín mojado hasta que llegas a casa... Y nosotros sin casa, sin ningún lugar para descansar más allá de tus brazos. Expirando dependencia por cada rincón. Precisando un suspiro, el poco contacto que deja tu ausencia; rozarme un instante y caer rendido. ¿Dónde crees que vas? El amor da treguas, te reta, "escápate de una vez", si puedes, claro. Y no puedes, sino no te daría la oportunidad.
A mi también me pesan los viernes, también me duelen los lunes, también me odian los jueves. Te comprendo tanto... Después de tanto...
¿Qué has hecho con tu vida? -Te he querido hasta dolerme. Y sé que es triste que no podamos marcharnos, sé que agota por las noches, sé que te reduce hasta un punto que hace daño... ¿Pero qué quieres? ¿Irte?