jueves, 29 de octubre de 2009

¿Ya?

-Vamos a hacer algo con nuestras vidas.
Le sonó mucho más triste de lo que pensaba mientras lo ensayaba frente al espejo una y otra, y otra vez.
Él la miró a los ojos, bailó en ellos unos segundos más tratando de encontrar lo que sabía que se escondía en ellos. La hizo estremecer sin hablar siquiera y en ese instante supo que no podía hacerle más daño.
-De acuerdo. Olvidémoslo. Vivamos.
Ella sintió como le daba un vuelco el corazón; todavía su esperanza le contaba en sueños que él no se resignaría tan fácilmente, que lucharía todo lo que ella ya no tenía ganas de luchar. Su orgullo la absorvió en un instante y dándole la espalda empezó a andar.
Unos pasos más lejos, unos sueños más allá, una vida perdida y un amor en la esquina.

-Nunca lo olvides.
Sonó más sincero de lo que realmente fue.

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