Que esto NO termina aquí.
No seré yo la que se cruce de brazos mientras se disipa mi vida.
No seré yo quien se trague las lágrimas cuando te alejas tristón.
No seré yo la que haga de tripas corazón mientras te pierdo.
Un poco más, una tarde más.
sábado, 31 de octubre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
CASUALITAT
Dimarts trezte. S’havia despertat com cada dia quan el despertador va marcar les 6 i mitja. Prendre el desdijuni, rentar-se les dents, la cara, fer-se el monyo, malbaratar uns quants minuts davant l’armari obert decidint quina roba es posava… La mateixa rutina de cada matí la va absorvir aquell dimarts. En obrir la porta del carrer un vent fred i juganer la va envoltar de cap a peus; es va estremir i emprengué el camí a l’oficina.
El paraigües en una mà i la cartera en l’altra. Va mirar al seu voltant i va somriure irònicament. Una ciutat de dies nubolats i de tardors plujoses; l’hora punta en la zona céntrica. Dos factors que contribuien a la poca originalitat a l'hora de vestir dels vianants.
La seua ment supersticiosa vagava entre idees infondades i prejudicis estúpids, que des de ben menuda l’havien feta sentir minúscula davant d’un gat negre o d’una escala oberta. Va tragar saliva i s’enganxà al ritme que corria per les arteries del centre econòmic i empresarial de la capital asturiana. Per inercia, per la mateixa inercia que espentava tot quant al seu voltant es movia, arribà a la porta de la oficina. Hagué de desplegar el paraigües en els vint últims metres del trajecte i entrà al seu lloc de treball de forma apresurada; saludà la secretaria i esperà l’asensor. En l’últim moment va descartar la idea, millor no exposar-se a riscos innecesaris avuí. Arribà al quart pis amb la llengua fora i es va sentir estúpida quan s’assegué a la cadira. Va recordar les llargues hores tombada al divà de la psicóloga, i va reflexionar sobre la cantitat d’arguments que ella li va donar per intentar fer-li vore que la coincidencia d’un dia de la semana amb un dia del mes no era res més que això, una coincidencia. En aquell moment es va sentir segura de si mateixa i començà la feina que se li amuntegava a la taula des de feia uns quants dies.
No deuria haver apartat aquella idea de prudència i por de la seua ment…
Aquella vesprada, al acabar la jornada de treball,i ja molt més tranquila, es va dirigir al centre comercial. Es sentía segura, capaç.
La mala sort, l’atzar, la temeritat… La casualitat. Mai sapigué quina d’aquelles idees abstractes en les que tant havia pensat, i de les que volia desfer-se, fou la que llançà a un conductor borratxo i al seu cotxe sobre ella, trencant el primer i únic dia de la que pensà anava a ser la seua nova vida.
¿Ya?
-Vamos a hacer algo con nuestras vidas.
Le sonó mucho más triste de lo que pensaba mientras lo ensayaba frente al espejo una y otra, y otra vez.
Él la miró a los ojos, bailó en ellos unos segundos más tratando de encontrar lo que sabía que se escondía en ellos. La hizo estremecer sin hablar siquiera y en ese instante supo que no podía hacerle más daño.
-De acuerdo. Olvidémoslo. Vivamos.
Ella sintió como le daba un vuelco el corazón; todavía su esperanza le contaba en sueños que él no se resignaría tan fácilmente, que lucharía todo lo que ella ya no tenía ganas de luchar. Su orgullo la absorvió en un instante y dándole la espalda empezó a andar.
Unos pasos más lejos, unos sueños más allá, una vida perdida y un amor en la esquina.
-Nunca lo olvides.
Sonó más sincero de lo que realmente fue.
Le sonó mucho más triste de lo que pensaba mientras lo ensayaba frente al espejo una y otra, y otra vez.
Él la miró a los ojos, bailó en ellos unos segundos más tratando de encontrar lo que sabía que se escondía en ellos. La hizo estremecer sin hablar siquiera y en ese instante supo que no podía hacerle más daño.
-De acuerdo. Olvidémoslo. Vivamos.
Ella sintió como le daba un vuelco el corazón; todavía su esperanza le contaba en sueños que él no se resignaría tan fácilmente, que lucharía todo lo que ella ya no tenía ganas de luchar. Su orgullo la absorvió en un instante y dándole la espalda empezó a andar.
Unos pasos más lejos, unos sueños más allá, una vida perdida y un amor en la esquina.
-Nunca lo olvides.
Sonó más sincero de lo que realmente fue.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Amarga
Un chorro de incertidumbre; una cucharadita de duda; un toque de miedo.
Remover lentamente hasta que empiece a salir espuma y la mezcla rebose saliendose del cazo.
.
Ya tendrás tu nueva realidad para disfrutarla a sorbos o a cucharadas; como prefieres.
.
.
Y le noto algo distinto; ya no me parece el mismo.
Remover lentamente hasta que empiece a salir espuma y la mezcla rebose saliendose del cazo.
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Ya tendrás tu nueva realidad para disfrutarla a sorbos o a cucharadas; como prefieres.
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Y le noto algo distinto; ya no me parece el mismo.
martes, 27 de octubre de 2009
Promételo.
"El amor más hermos
o es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca". Qué tengo que ver yo con tu pasado, yo soy una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es locura..."
.
.
.
Es la misma rutina de cada tarde. La encuentro en el paseo de esta fría playa. La observo, la escudriño, le intento arrancar algún secreto que esté a medio esconder en las facciones de su cara mientras me paro a intentar escuchar el silencio que emana de sus suspiros. Me atrae.
lunes, 26 de octubre de 2009
Sueños compartidos que, ilusionados corretean nerviosos por sus días. Recuerdos melancólicos que se amontonan en un pasado simplemente de dos. Canciones que suenan nuevas en la radio de siempre; y canciones de siempre que se ecapan por esa radio nueva...
Un viaje hacia adelante y hacia atrás. Futuro y pasado. Un río de sueños por el que navega exhausto, empapándose de todo lo que dejó un día atrás, olvidando todo lo que podrá tener alguna vez.
Olvida lo que le imponen ser. Salta todos esos muros que le parecieron gigantes años atrás. Se convence de una vez por todas de todo lo que ha negado durante años, y porfín vuelve a sus brazos.
Recuperando las promesas, sonriendo a las esperas. Volviendo a todas esas sensaciones que desterraron cuando el tiempo les impuso enterrar su sueño. Volviendo a abrazar un beso, a reír entre sus brazos y a bailar con el deseo que crece sin freno en
sus miradas sedientas.
Reecontrando en un momento aquello que se les perdió, o aquello que perdieron por miedo. Recuperando un amor que les robaba el sueño, que les quitaba el sentido, que les unía en un bucle frenético invisible a los ojos del mundo.
Se reencontraron el uno al otro y olvidaron todo lo que habían crecido a sus espaldas. Fueron niños otra vez. Fueron la ilusión de hace años, fueron el sueño tonto y virgen que inventaron con aquellas manos que temblaban nerviosas mientras descubrian sus miedos, sus cuerpos...
Gritaron motivos mientras se perdían en su deseo, mientras se les escapaban los temores, mientras desterraban todo el espacio y el tiempo al que habían estado condenados tantos años.
Se habían resignado a un futuro incierto, vacío, triste, apagado, sin sentido... Lo habían hecho por todos aquellos sueños que creían tener, al margen del único que realmente poseían. Lo hicieron por miedo a seguir construyendo recuerdos que les pinchasen la razón cuando, inevitablemente, se separasen sus caminos. Lo hicieron tratando de evitar un mal mayor que no se dejaron descubrir. Lo hicieron terriblemente equivocados, creyendo conocer un sentido a una vida separados. Lo hicieron menospreciando aquello que compartían; aquello que no valoraron hasta que sus camas se encontraron vacías, hasta que sus noches dejaron de llenarse de sonrisas al teléfono y bostezos que se contagiaban en el silencio; aquello que no advirtieron hasta que soprendieron a sus lágrimas corriendo agitadas por sus rojas mejillas mientras observaban parejas de enamorados riéndole a su amor.
Se maldicieron en silencio por haber arrojado al olvido lo único en lo que habían creído. Se maldicieron separados.
La fortuna, la casualidad, el azar. Volvían a encontrarse; sabiendo que después de aquella noche seguirían con sus vidas, conocedores de un error que ya no tenía enmienda. Sus agitados cuerpos reconocían el poco tiempo que les quedaba, sus suspiros eran un grito desesperado, una ahogada forma de retenerse el uno al otro.
Un viaje hacia adelante y hacia atrás. Futuro y pasado. Un río de sueños por el que navega exhausto, empapándose de todo lo que dejó un día atrás, olvidando todo lo que podrá tener alguna vez.
Olvida lo que le imponen ser. Salta todos esos muros que le parecieron gigantes años atrás. Se convence de una vez por todas de todo lo que ha negado durante años, y porfín vuelve a sus brazos.
Recuperando las promesas, sonriendo a las esperas. Volviendo a todas esas sensaciones que desterraron cuando el tiempo les impuso enterrar su sueño. Volviendo a abrazar un beso, a reír entre sus brazos y a bailar con el deseo que crece sin freno en
Reecontrando en un momento aquello que se les perdió, o aquello que perdieron por miedo. Recuperando un amor que les robaba el sueño, que les quitaba el sentido, que les unía en un bucle frenético invisible a los ojos del mundo.
Se reencontraron el uno al otro y olvidaron todo lo que habían crecido a sus espaldas. Fueron niños otra vez. Fueron la ilusión de hace años, fueron el sueño tonto y virgen que inventaron con aquellas manos que temblaban nerviosas mientras descubrian sus miedos, sus cuerpos...
Gritaron motivos mientras se perdían en su deseo, mientras se les escapaban los temores, mientras desterraban todo el espacio y el tiempo al que habían estado condenados tantos años.
Se habían resignado a un futuro incierto, vacío, triste, apagado, sin sentido... Lo habían hecho por todos aquellos sueños que creían tener, al margen del único que realmente poseían. Lo hicieron por miedo a seguir construyendo recuerdos que les pinchasen la razón cuando, inevitablemente, se separasen sus caminos. Lo hicieron tratando de evitar un mal mayor que no se dejaron descubrir. Lo hicieron terriblemente equivocados, creyendo conocer un sentido a una vida separados. Lo hicieron menospreciando aquello que compartían; aquello que no valoraron hasta que sus camas se encontraron vacías, hasta que sus noches dejaron de llenarse de sonrisas al teléfono y bostezos que se contagiaban en el silencio; aquello que no advirtieron hasta que soprendieron a sus lágrimas corriendo agitadas por sus rojas mejillas mientras observaban parejas de enamorados riéndole a su amor.
Se maldicieron en silencio por haber arrojado al olvido lo único en lo que habían creído. Se maldicieron separados.
La fortuna, la casualidad, el azar. Volvían a encontrarse; sabiendo que después de aquella noche seguirían con sus vidas, conocedores de un error que ya no tenía enmienda. Sus agitados cuerpos reconocían el poco tiempo que les quedaba, sus suspiros eran un grito desesperado, una ahogada forma de retenerse el uno al otro.
Durmieron serenos; soñaron su sueño durante unas horas más. Despertaron entre silencios. Evitaron mirarse a los ojos. Nadaron entre vagos recuerdos de la noche anterior y nítidos momentos de años atrás. Les faltaba un empujón, algo que les convenciese de que aquello era imposible; otra vez... Si no no serían capaces de abandonarse de nuevo.
Sonó su móvil; una dura vuelta a la realidad. Una realidad buscada a base de errores; una realidad sin solución; su realidad.
Dos vidas hechas. Un sueño roto.
Los golpes de suerte no duran para siempre.
sábado, 24 de octubre de 2009
Dejando pasar trenes, sentados en el andén de siempre, muy juntos. Sabiendo que no será eterno, que deberán le
vantarse, abrir la puerta y coger el tren.
Lo ve en sus ojos, lo adivina en todas esas palabras que su mirada grita. Desea parar el tiempo, vivir cada segundo que se ha escapado de sus dedos. Desea alargar sus horas, sus días, sus meses... De pronto toma su mano, la aprieta hasta que la vuelve morada. Ella sigue con su vista fija en las vías; sabe que llora.
Nada es para siempre amor.
Busca sus palabras, trata de arrancarlas, de arrebatarlas, de hacerla
s tan suyas como meses antes lo fueron. Ella se resiste, se esconde, se pierde.
Siguen sentados, rehusan ver como se escapa su sueño.
Su rabia se enciende, le invade en un segundo, lo hará explotar.
Entre sollozos ella escucha una débil declaración de amor. Eso es todo lo que salió de sus labios; su rabia transformada en una inútil y desesperada forma de mantenerla a su lado.
Siguen sentados, rehusan ver como se escapa su sueño.
Su rabia se enciende, le invade en un segundo, lo hará explotar.
Entre sollozos ella escucha una débil declaración de amor. Eso es todo lo que salió de sus labios; su rabia transformada en una inútil y desesperada forma de mantenerla a su lado.
¿Y si no te he dicho suficiente que te adoro?
Se levanta, tímida
y asustada. Se siente perdida si no camina a su lado. Se gira, lo mira, lo absorve; no se irá sin tener grabado hasta el último surco de su cara en la caja fuerte de su memoria. No llora sola pero aún así él consigue sonreírle.
Un simple instante, un gesto tonto.
Atrapada de nuevo.
Nadie sabe en realidad que es lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo para siempre.
Nadie sabe en realidad que es lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo para siempre.
Un sueño que baila vals con su mirada cómplice. Testigo de una
sonrisa tímida en unos labios de caramelo.
Tuerce la nariz, esperando que la muerda dulcemente. Un tiempo corto y ya está de nuevo atrapando sus besos, jugando con sus sentidos, secuestrando palabras, arrancando suspiros.
Que conozco su voz en formato susurro, y en formato gemido, y en formato secreto.
Tuerce la nariz, esperando que la muerda dulcemente. Un tiempo corto y ya está de nuevo atrapando sus besos, jugando con sus sentidos, secuestrando palabras, arrancando suspiros.
Que conozco su voz en formato susurro, y en formato gemido, y en formato secreto.
lunes, 19 de octubre de 2009
Sonríeme.
No es sencillo.
Un día, otró... Unos más, los siguientes...
El que espera desespera; lo he escuchado tantas veces.
Un día, otró... Unos más, los siguientes...
El que espera desespera; lo he escuchado tantas veces.
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