Que estas ganas de ti deben ser ilegales. De estrujarte hasta que no te quede aire, de comerte para que no quede ni una pizquita de ti que pueda antojársele a nadie. Estas ganas de recorrerte y de desgastarte a lametones. Esta necesidad tan boba de que me mires de frente, de que me beses durante horas, de que me digas de todo y todo muy bajito. Estas ganas de caer rendida y acomodarme en tu regazo y pasar ahí lo que me quede de noche. Estas ganas de dormirme mientras mis sueños van de arriba a abajo, a compás con tu respiración, cómplices de la magia que nos envuelve. Estas ganas de seguir tan cerca de ti que no sé dónde acabo y dónde empiezas; de confundir realidades, de vivir en nuestro mundo, de despertar en cinco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario