Trato de explicarte la congestión que se provoca en mi garganta cuando cantan tus miedos, cuando cada terminación de tu cuerpo me hace partícipe de lo que se cuece en tu sonrisa. Me derrito cual frigopié en pleno agosto, diluyendo las verdades en una calle repleta de piernas con prisa. Espero ansiosa a que me recojas con la lengua, gota a gota, antes de tocar suelo. No me gusta monopolizar tu actividad, pero es que si te descuidas un poquito voy a dejar de ser enteramente yo. No pretendo acapararte, pero llegados al punto en el que estamos me ahogo si tus cinco sentidos no piensan en mí. No, no te preocupes, yo tampoco pretendo irme muy lejos. Digamos que mi plan para mis próximas diez vidas es seguir respirando en tu cama.
viernes, 30 de diciembre de 2011
lunes, 12 de diciembre de 2011
bibir, con b de burro.
Reinventarse. Reinventarse a solas, claro. No me gusta así; ni a mí así; de acuerdo, apuesta. ¿Póquer de ases? Bien jugado, pero te gano; repóquer. No acepto tus condiciones, ni tu ausencia, ni tampoco cada vez que estás. Reinventar dicen; dicen. Silencios de algodón que acaban impregnados de una calma que quema, que sabe amarga, que se antoja gris. Somos de opuestos, pero el filo se estrecha con el tiempo cada vez que lo afilas y lo siento pero ya no cabemos, lo siento; o caes o caigo... Pero como siempre acabaremos dando un giro al final de la historia; justo antes del último paso decidiremos que nos cuesta mucho separarnos. Entonces esconderemos las cartas, nos reinventaremos, otra vez, y me asfixiaré contra tu pecho; despacio y suave, pero me faltará el aire; y tú tropezarás y te saltará un pie al vacío y olvídate de mantener el equilibrio, tus manos estarán rodeando demasiado fuerte cada trozo de mi cuerpo... Y así, resignados y juntos caeremos; conscientes de que ya no quedará nada a partir de entonces, pero vencidos por una dependencia que me asoma del subconsciente cada vez que no entiendo porque me pincha el pie cada vez que te pienso.
sábado, 10 de diciembre de 2011
...
Ya sólo me acuerdo de escribir cuando no encuentro una manera menos molesta de reventar. Menos molesta para los demás, quiero decir. Estallaría en la cara de unas cuantas personas, y bien a gusto. Y estallaría en la mía, a ver si de esa manera era capaz de ver el flaco favor que me estoy haciendo a mí misma. Dejarte ir se me antoja absurdo; ¿pero cómo vas a marcharte? ¿Y yo qué? ¿Y mi aire? ¿Y cómo narices respiro si no me acompaso contigo?... Pero es que verte cada día a mi lado, bebiendo mentiras, tratando de desencajar miedos, de reinventar cuentos, de acolchar siempre la nube en la que me envuelves..., me acaba por dar pena. Lo siento, no me veo capaz de ponerme a tu altura, se me hace cuesta arriba tratar de hacer por ti una milésima parte de lo que haces por mí a ciegas... Que no te quiero dicen; ¿que NO te quiero? Pero ¿quién es capaz de hablar de amor? Ni siquiera yo, en aquellos momentos en lo que no me cabía ni una pizca más de felicidad cuando sonreías, hubiese sido capaz de describir el amor, y mucho menos de juzgar el que sentían los otros. ¿Pero como voy a poder no quererte? No te vayas... o al menos no todavía; no he sido capaz de encontrar la manera de desenvolverme sin ti, de reírme sin ti, de soñar sin ti, de ser sin ti. Confundir amor con adicción es mi desayuno de todos los días; no sé si me besas como el que saborea un pastel de chocolate o como el que cala con ansia el cigarrillo de después de. Que soy agradable a tu paladar es indiscutible y que no hay nada que me sepa como tú también, pero... Siempre hay peros, siempre. Nunca digas nunca, y nada es para siempre. Me he desentendido poco a poco de la nube, lo siento, sigo muriéndome porque me beses todos y cada uno de los días de mi vida, pero empiezo a sospechar que no me compensa esperar siempre a que decidas. Sé que si no soy capaz de hacerlo por ti no seré capaz de hacerlo por nadie; pero cuando llegue ese problema ya lo abordaré, o lo esquivaré, lo ignoraré o lo hundiré.... pero de momento no soy capaz de hacerlo por ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)