No te creas, a mi también me molestan tus días de regla. Sí, los he ido descubriendo con los años. Vaya que sí, una regla extraña; no mancha, no provoca decenas de granitos por tu cara, no se te hincha la barriga días antes ni tampoco te duele el pecho cada vez que se nos van de las manos nuestros ratos de dos. No es una regla común, sería tan imposible biológicamente como difícil sería dormir en la Luna esta noche; pero de todos modos me molesta, me irrita, me provoca asco por momentos y sobretodo me confunde enormemente.
Esos días de no quiero saber nada de ti, de va a dolerme si me hablas, de vete lejos que me mareas. Esos días salteados, hoy tú, mañana yo; esos días que liman, que raspan, que ahogan. Cómo me molesta tu regla... Cómo.