jueves, 13 de octubre de 2011

Agg

Me declaro en rebeldía; me he indignado con la vida. No estoy de acuerdo ni contigo, ni con él, ni con el que me mira desde el asiento del tren tratando de comprender por qué llevo las zapatillas manchadas a círculos. ¿A ti qué te importa? Echo de menos los momentos en los que disfrutaba de suave traqueteo del tren, en los que no me recorría una sensación de asfixia si se quedaba parado cinco minutos entre dos paradas.
He interiorizado el estrés hasta tal punto que lo siento si te ladro pero no me sale melodía de la boca. No me toques, no me hables, no me mires, no me busques... Sólo te voy a querer si me acaricias, me susurras, me observas y me encuentras.
Me atosigan las noticias, los periódicos, la mayoría de los tuits que nacen para dar malas noticias. No es que sea pesimista, es que intentar desentonar con la tónica general acaba haciéndose imposible.